En el día de ayer nuestro querido presidente Gonzalo Alonso Hernández, dejó el puesto después de ocho años al frente de la Fundación Huérfanos CNP.
Gonzalo cumplió sesenta y cinco años el pasado mes de mayo, pero decidió continuar al frente de esta Fundación, hasta el día de ayer, en el que el Patronato en su reunión ordinaria eligió un nuevo presidente.
Se jubila, muy merecidamente, después de cuarenta y cinco años de servicio en el Cuerpo Nacional de Policía, los últimos ocho como presidente de esta Fundación con plena dedicación, en cuerpo y alma, a las familias, niños y jóvenes de esta institución. Deja de trabajar con nosotros, un gran profesional y una mejor persona, alegre, humilde, sensible, humano, de gran corazón…
En sus actuaciones siempre estuvo presente querer mejorar la vida de nuestros beneficiarios. Como ejemplo de ello, destacamos la ampliación de la ayuda ordinaria mensual para beneficiarios hasta los veinticuatro años, buscando paliar, en parte, la discriminación que estos sufrían respecto a los huérfanos del régimen de la Seguridad Social con las pensiones de orfandad. Otro ejemplo importante de su empatía ha sido la consolidación de otras prestaciones como las ayudas sociales y extraordinarias, sabedor de las necesidades que algunas de las familias pasan cuando están en una situación complicada, y que no pueden seguir adelante sin este tipo de ayudas.
Pero también se ha preocupado de todos sus compañeros, dando importancia a la necesidad de información entre los policías de la labor de la Fundación, a través de distintas campañas de comunicación, para que ninguno de ellos, por desconocimiento, deje a sus hijos desamparados sin la ayuda de la Fundación. Para ello, no ha dudado en desplazarse a jefaturas, comisarías provinciales y locales, de casi la totalidad de las provincias españolas, realizando reuniones explicativas.
A lo largo de estos ocho años trabajando para los huérfanos del CNP, ha dejado una huella imborrable en los cientos de niños, niñas, jóvenes, padres, madres…que le han conocido no solo como presidente de la Fundación, sino también como persona. Les ha ayudado a seguir adelante, en una etapa tan importante de sus vidas, no solo con sus consejos, sino también con su cercanía, su empatía, su cariño y su apoyo emocional.
Para todos ellos ha sido un gran apoyo en los momentos más difíciles. Nos consta que así es, ya que a lo largo de estos años han sido constantes, los testimonios y palabras que hemos leído (en redes sociales, correos electrónicos…) y escuchado, en distintas reuniones, y actividades, a cerca del buen hacer de Gonzalo, donde se refleja cómo les ha ayudado, y el aprecio que le tienen.
Estimado Gonzalo, desde la Fundación queremos rendirte homenaje y agradecerte todos estos años de dedicación a la misma, no solo con profesionalidad y vocación, sino también con mucha cercanía y cariño, y el haber mirado siempre por el bien de todos los beneficiarios y sus familias. Ha terminado tu etapa en la Fundación, pero siempre sentiremos aquí tu presencia.
En esta nueva etapa que ahora comienzas, solo podemos desearte que puedas disfrutar de todo aquello que aplazaste, porque el trabajo no te permitía dedicarle tiempo. Que la vida te regale todas las cosas que para ti sean importantes: amor, salud, deporte… y mucha felicidad.
